Me encantan los libros de relatos cortos. No sé por qué no son más populares. Pareciera que todo lo que escapa al género novela tiende a caer en el purgatorio de las librerías, si es que siquiera llegan a ellas. Sin embargo, hay algo en el arte de lo conciso, en la urgencia de lo breve, que dota de una magia particular a los cuentos…
Hace un tiempo, @anagrynbaum1, a quien sigo en Instagram, compartió en dicha red social fragmentos de relatos que luego formarían parte de un libro que ella estaba compilando y editando. Intrigada, sostuve presionado el dedo índice contra la pantalla magullada de mi Iphone 8, para estirar los quince segundos que Instagram me daba antes de pasar a la siguiente story y, así, lograr leer los textos en cuestión. Tras esos segundos –que no sé cuántos fueron, pero sí que fueron más de quince– estaba eganchada con el relato. Pasé a la siguiente story, leí un pedazo de otro texto y de nuevo lo mismo: enganchada. Para ahorrarme más spoilers, dejé de leer los fragmentos siguientes y me dije a mí misma que apenas fuese a Uruguay, me haría con el libro.
Hoy terminé de leer “Hombrecitos improvisados de apuro” y siento que estoy frente a uno de los mejores libros de relatos cortos que leí hasta ahora. Formado por veintinueve relatos, escritos por treinta y dos mujeres, los diferentes textos narran de una manera cruda, auténtica, sin poses y plural las formas masculinas de arruinar los vínculos erótico-amorosos.
Las escritoras, todas uruguayas o argentinas, no solo proponen originales y atrapantes historias sino que, además, manejan el lenguaje con una belleza simple y una destreza tremendamente elegante. Cada relato tiene su estilo, su tono de voz, su cadencia y su ritmo único y, de alguna forma, Grynbaum logró enlazarlos de forma tal que formen un todo unitario, macizo y potente.
Recomiendo mucho 🤍.
Publicación original: https://z-p15.www.instagram.com/p/Cm-7vkppE2w/